15 agosto 2018

Ítaca


Conocí a Ítaca, o eso creí, hace más de veinte años atrás. Lo consideraba un poema hermoso, que traía consigo una sensación rara, un... extrañar algo no conocido, un puerto, un objetivo, a falta de mejor palabra, seguí llamando a esa sensación así: Ítaca.

Me dije que disfrutaría el viaje, que ya habría tiempo para Ítaca, que tal vez ni llegue, que no encuentre, pero que sacaría el mayor provecho posible del recorrido. A ratos vi la ira de Poseidon en el camino y luché contra tormentas que me parecieron eternas... y aprendí a convertirme en tormenta.

Bajé en muchos puertos, busqué a esos sabios, aprendí, recorrí, reí... y viendo que no era MI puerto, seguí mi viaje.

Y como la Odisea... mi viaje duró décadas (aunque no tantas como en aquel libro). Hubo ratos en que me acerqué tanto a mi objetivo y lo vi perderse entre la bruma... sentí que habían tantos dioses y que me maldecían todos... y volví a los puertos inadecuados y a sus descansos pasajeros.

Llegó con la brisa del mar y el sabor a sal en sus labios; llegó y encontré a otra persona que no dejaba de buscar a su "Ítaca"... y desde entonces, comprendimos que ese poema, que esa sensación, no se trataba sólo de un puerto, sino que también del viaje. Y, así, de la mano, nos pusimos a recorrer un nuevo camino.

Espero que ella tenga muchos años más, para poder seguir este viaje. 

¡Feliz cumpleaños, amor!


2 comentarios:

  1. Solo tú, y otra vez tú... infinito horizonte, profundo mar, eterno viaje, Gracias por aceptarme día a día, elegirme y amarme, de tu mano quiero siempre transitar el camino que nos toque andar, Te Amo vida de mi vida!!!

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  2. Y yo sin ver esto. Te amo, preciosa.

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