29 agosto 2018

En el Facebook encontré

«Para esa miserable que abandona a sus hijas con la chiva de ir a Antofagasta para darles una mejor vida a ellas, quiero expresar mi gran tristeza por ellas. A pesar de que están grandes y estudiando. Es que no había ninguna razón urgente para tal decisión. Solamente el afán material, superficial, arribista, egoísta, por el qué dirán. Hay un ser superior, que como dice un sabio "Dios se demora pero no olvida". Pedirá cuenta a tales decisiones. Sólo queda esperar al otro lado del río, como su miserable vida termina al final del día.»
 Esta publicación en Face provocó problemas en la familia, entre todos los comentarios de él, ya sean en persona o en redes sociales, las discusiones, la opinión de las hijas (de las que habla el comentario), etc... se incendió Troya.

¿Qué pasó aquí?

La ex decidió ir a Antofagasta y aceptar una oferta de trabajo con mejores condiciones: mayor sueldo, alojamiento gratis, el pago de los pasajes, días libres cada X semanas, para poder viajar a ver a sus hijas (ambas estudiantes universitarias)... y bueno ¿cómo se pagan dos carreras universitarias con un sueldo de profesora?

El "Gigio" dice que no, que ella es una "cualquiera", que seguro tiene un novio allá y sólo es una excusa, llama y exige saber el colegio para llamar allá, que abandonó a sus hijas, etc. Y yo me digo "¿acaso el padre no está aquí? ¿eso es abandono?".

No dejo de preguntarme el porqué de exigirle siempre a la mujer, porque nosotras somos las que tenemos que dejar la carrera en pos de los hijos, mientras que los padres pueden estar en otra ciudad que si es por trabajo están plenamente justificados. Pero si llega ha ser la mujer quien hace esto: ¡se la condena!

Hubo quien me dijo que era porque, socialmente, es el hombre quien se encarga de ser el proveedor y la mujer de dar la educación a la familia, pero hace mucho que la mujer también es proveedora ¿será mucho pedir que el hombre también eduque y contenga?

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