Mi relación con el mar no ha sido la mejor por muchos años, el ruido de las olas me ponía tensa, traía a mi mente viejos recuerdos, antiguos fantasmas que no me querían dejar tranquila. Pero ahora... ahora...
Ahora, a su lado, todo es diferente, el mar tiene voz de mujer y susurra con las olas (o a veces grita), las lágrimas de felicidad tienen sabor a mar y los lazos tienen sal.
Al final los traumas se superan creando nuevos recuerdos (al menos en mi caso)... recuerdos que mi mujer de fuego me da para convertir a los otros en humo y ceniza.
Qué lindo... y la foto preciosa =)
ResponderBorrarLa foto es del sitio donde nos quedamos, en Ancud (Chiloé). Es un lugar precioso.
ResponderBorrarGracias por pasarte, Nelly.
Un abrazo