22 abril 2018

Dos meses

Siempre he tenido el deseo de dejar el pasado atrás (supongo que es lógico hacerlo así, pero sé que el pasado tiende a perseguirme), que las heridas sean sólo un recuerdo y que las sonrisas aparezcan donde antes habían lágrimas.

Pensé que esto siempre se quedaría en deseo.

La primera vez que hablamos, aquella noche, le conté parte de ese pasado doloroso, le hablé de "ella", la eterna "contra ejemplo" de mis relaciones. «Te duele tanto que hasta yo lo siento», dijo... y tenía razón: me dolía. Al igual que me dolían el resto de los fantasmas, los lugares, los recuerdos.

Recuerdos que, por cierto, no siempre supo por mí.

Han pasado dos meses desde que nos casamos. Recorrimos de la mano por los recuerdos de mi niñez, la que me volvía criatura sin voz... y me ayudó a hablar. Pasamos por los sitios que sólo evocaban pesadillas y lo volvimos lugar de unión. Por último, la persona de mi pasado, esa que alguna vez me dolió tanto volvió a hablarme... y no noté esa angustia, esa rabia/frustración/tristeza que siempre venía con sus palabras.

Sólo dos meses... y con ello me ayudó a sanar, a tener nuevos recuerdos, a preocuparme por lo importante y poner los pies en el presente.

¿Y aun así seguirán diciéndonos que estamos locas?

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