07 octubre 2017

Al otro lado de la pantalla


Sé que las relaciones (de cualquier tipo) por este medio pueden ser riesgosas, lo cierto es que no vemos quien está al otro lado de la pantalla. Es así como es necesario protegerse de riesgos y es aconsejable no dar datos personales, pero... ¿hasta qué punto debemos cuidarnos? ¿dónde está el límite entre tener cuidado y la paranoia?
Alguien X me dice "me llamo..." pues... ¿por qué no dar el nombre de pila real? más aun cuando ese mismo nombre lo tienen millones de personas en el mundo. No lo entiendo, claro, sé que dar teléfonos, direcciones y demás podría ser arriesgado y francamente irresponsable. Pero... ¿el nombre de pila?
Al final pedimos relaciones reales en medios cibernéticos y usamos máscaras en persona... ¿será que cada relación que establecimos tiene una dosis de secretismo? ¿qué intrínsecamente desconfiamos de los demás por muy abiertos que tratemos de ser?

La verdad no tengo idea.

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