17 abril 2016

Cantando bajo la lluvia

La lluvia llegó a Santiago y, por mucha gracia que le haga a los chilotes (y a mí, ¿para qué negarlo?) ha sido nefasta. ¡Es que Santiago se inunda con un escupito!
Truenos, relámpagos, planchas volando a merced del viento, cortes de agua producto de la crecida de ríos, de turbiedad del agua potable... y de lo mal diseñado que está todo.
Y, claro, mi casa no podía ser la excepción de tanta cosa, fue poner un pie en el suelo del baño para terminar haciendo un split involuntario, la rodilla (de la pierna de atrás) tocando suelo, un "splash" producto del charco que era ese sitio, las goteras cayendo casi a chorros desde el techo, otro hilo de agua por donde está la instalación eléctrica (¿a quién se llama cuando sale agua por un enchufe?)

Dirigí las goteras como pude, obteniendo como resultado tener el único baño que mantenía agua en la cisterna, lo que era importante mientras no te importase usar un paraguas para ir a mear. En fin, el punto es que Santiago bajo el agua no es agradable.
Aún espero que el tipo que "arregló" el techo se pase por aquí, tengo muchas ideas de tortura en mente para él.

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